Él se acerco lentamente hacia mi, coloco sus manos en mi cintura atrayéndome hacia él, sus labios rozaron mi labios levemente para luego posarse sobre uno de mis parpados descendiendo por mi rostro hasta llegar a la hendidura de mi cuello, sus manos comenzaron a subir lentamente mi blusa, levanto su rostro, sus ojos me miraban con pasión, sus labios comenzaron a acercarse a los míos. No podía creer que esto estaba sucediendo, cuantas veces había soñado con Damen, cuantas veces había soñado que me tocaba de esa forma.
Sus labios estaban a solo pocos centímetros de los míos, sabia que en un solo movimiento estaría besando su boca, pero todo era tan perfecto que no quería arruinarlo. Un sonido comenzó a escucharse a lo lejos, primero débilmente y luego muy fuerte.
Abrí mis ojos repentinamente, estaba en mi habitación y el sonido lejano era nada menos que el despertador. Otro maravilloso sueño arruinado por el maldito despertador. Mis ojos estaban a punto de cerrarse nuevamente para proseguir con el sueño, pero la voz de mi madre desde el pie de la escalera me lo impidió.
--EMMA, SI NO TE LEVANTAS YA NO TENDRAS DESAYUNO.
Dándome por vencida corrí el edredón a un lado, me di una ducha rápida y baje ya vestida y lista para el desayuno.
La cocina estaba incluso mas limpia que ayer, sus paredes celestes rebosaban de color, el piso de madera estaba pulido y la mesada de mármol brillaba de reluciente.
En ella se encontraba mi hermano Christian, que estaba engulléndose unas tostadas, mis tostadas. Fui lentamente por detrás de él y se las arrebata de las manos.
--Oye, estaba comiendo eso—se quejo él mientras limpiaba su boca.
--Tienes razón, estabas, tiempo pasado—dije a la vez que me sentaba en uno de los bancos.
--Parece que alguien se levanto de mal humor—dijo Christian moviendo sus cejas de modo acusador.
--Solo con ver tu cara has arruinado mi día—le contrarreste.
--Tiempo muerto—dijo mi madre a la vez que me entregaba un plato con huevos y tocino.
Justo cuando estaba a punto de comer un bocado, las bocinas de un auto sonaron.
--Es Damen, debo irme—dijo mi hermanito a la vez que saludaba a mi madre con un beso en la mejilla.
Tome mi mochila rápidamente, ya que sin ellos iba a llegar tarde al instituto y lo que menos quería en ese dia era otro sermón del prefecto Gwen.
--Puedo ir con ustedes?
Christian me miro primero a mí con expresión molesta y luego a mi madre.
--Sabes que no quiero que te juntes con mis amigos.
--Solo sera por esta vez.
--Ok, pero te quedas calladita—dijo él a la vez que alzaba un dedo amenazador.
Tres pequeños golpes sonaron en la puerta, la abrí precipitadamente y allí estaba él, recostado sobre el marco de la puerta con una sonrisa en sus labios.
--Hola Emma—dijo él con voz tierna, él era tierno.
Me quede completamente muda, debo de haber parecido una tonta ya que me quede mirándolo atontada por su sonrisa. Debía de arreglar eso si no quería que nadie se enterara de lo que sentía por él.
Se que este cap.es muy cortito,pero la verdad es que iba a publicar el sábado, solo que estaba tan ansiosa que no pude esperar.Espero que les guste y prometo que él proximo cap.sera mas largo. Muchas gracias.
lunes, 29 de marzo de 2010
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